La cadena de comida rápida McDonald’s, cuya reciente apertura en Ciudad del Vaticano ha generado no poca controversia por el arrendamiento pagado, reparte todos los lunes comida entre los «sintecho» que deambulan cerca de la basílica de San Pedro. Así lo han publicado medios como elEconomista, El Mundo y PeopleenEspañol.
Esta es la segunda controversia de McDonald’s en Italia en fechas recientes, pues en noviembre la cadena demandó a la ciudad de Florencia por 20 millones de dólares tras negarle la apertura de un establecimiento en la histórica Piazza del Duomo por las protestas de los ciudadanos de la cuna del Renacimiento.

Lamentablemente para los críticos de las franquicias, la hamburguesería no será el primer vecino nuevo del papa Francisco. El The New York Times indicó que el Vaticano ya aprobó el alquiler de otro espacio en Vía della Conciliazione a la franquicia Hard Rock Café.

El local se sumaría al Hard Rock Café que ya existe en Roma desde 1998.

Marca solidaria

Pese a las críticas de algunos cardenales y de los dueños de restaurantes del sector, la asociación Medicina Social, que ofrece asistencia médica a los indigentes y sintecho de la zona, invitó a los administradores de la conocida cadena a ser solidarios con estas personas. «Necesitamos el apoyo de todos y (…) sería bueno que los más afectados ganen algo con esta controversia», reconoció la asociación.

Todos los lunes a la hora del almuerzo, los voluntarios de Medicina Social distribuyen la comida que consiste en una hamburguesa doble con queso, una manzana y una botella de agua. «Podemos repartir hasta mil comidas al día, pero vamos a comenzar con 50 los lunes, aunque podemos aumentar, ya que el restaurante está justo al lado», explicó.

Una esquina

Inaugurado el 30 de diciembre, el restaurante ocupa una pequeña esquina de un enorme bloque de edificios de propiedad del Vaticano, donde residen varios cardenales.

No muy lejos de la imponente columnata de la plaza de San Pedro donde por orden del papa Francisco se han instalado duchas y se distribuyen sacos de dormir, ropa, paraguas, entre los pobres y necesitados.