Camino Gutiérrez, franquiciada de Asistencia Familiar en Aravaca (Madrid)

Su vocación la ha llevado, como no podía ser de otro modo, al mundo de la asistencia familiar. Diplomada en Terapia Ocupacional, directora de centros de acción social y especialista en el tratamiento de las personas mayores, esta leonesa descubrió Asistencia Familiar cuando buscaba ayuda para que un familiar estuviese perfectamente atendido. «No queríamos un auxiliar al uso. Y la persona que nos envió AF cumplió su cometido de una forma excepcional, desempeñó su labor y se ajustó a la situación haciéndola más llevadera». Lleva un año y medio atendiendo a las personas que se han interesado por nuestros servicios en Aravaca, y en este tiempo ha orientado, valorado y solucionado las necesidades de un centenar y medio de familias. Así que la satisfacción es plena, tanto por su parte como por la de numerosos clientes que prescriben sus servicios boca a boca.

¿Fue entonces cuando pensó en poner en marcha la franquicia?
A partir de esta situación me dije “vaya, una empresa que se dedica a la asistencia familiar que te escucha y se adapta ¡qué bien!”. Esto ocurría hace 8 años, y yo ya me dedicaba a los servicios sociales. Pero desde que terminé mis estudios siempre quise tener algo mío, aunque nunca surgía la oportunidad. Y Asistencia Familiar se quedó como una idea flotando en la mente, hasta que se pudo materializar. Empecé a hablar con la central y les gustó tanto mi preparación académica y mi experiencia en el ámbito socio sanitario como la zona de Aravaca, que es de nivel medio-alto, y donde este tipo de servicios se pueden realizar de una manera más fácil, ya que la gente comprende la necesidad del servicio y su calidad. Ahora bien, la competencia ilegal y desleal, la falta de información al respecto y la poca valoración de los profesionales formados, son los obstáculos con los que nos encontramos habitualmente.

¿Es así como surgió la idea?
Exacto. El querer dedicarme a lo mío, a mi mayor motivación: atender a las personas que lo necesiten en su propio domicilio, y en concreto especializarme en la rehabilitación/mantenimiento cognitivo y físico (Terapia Ocupacional, Fisioterapia, Neuropsicología, psicología, psicomotricidad…) del paciente en el hogar. Realizamos también apoyo doméstico, pequeñas reparaciones en el hogar, atención a mascotas, realización de pequeños recados, paseos, acompañamiento a eventos… pero unido a una situación de discapacidad temporal o crónica ya que en lo que más puedo aportar valor es en rehabilitación domiciliaria a personas mayores y en recuperación de daño cerebral, que es a lo que me he dedicado toda la vida.
En la medida de lo posible cubrimos todos los servicios de un “centro de día” o en una residencia, pero a otro nivel: porque podemos llevar a cabo la rehabilitación en el entorno familiar del paciente, lo cual es muy importante: llevar todos los servicios que necesite una persona a su hogar, y tratarle en su ambiente. Con lo cual el paciente se siente más seguro, más cómodo. En terapia ocupacional, por ejemplo, trabajamos en su cocina, con sus utensilios o en su habitación, sus libros…. y la persona se siente mucho más segura, porque para ella son sus cosas y las utiliza todos los días. Esto tiene muchísimo valor: les da más seguridad y es un tratamiento que proporciona mejores resultados.

Entonces, ¿su éxito se basa en tener una buen ‘bolsa’ de profesionales, hacer la valoración adecuada, y recomendar al profesional más adecuado?
Eso es. Mi forma de trabajo es la siguiente: entra un contacto que desea su conocer nuestros servicios adaptados a su situación; realizo una valoración inicial en el domicilio, así podemos ajustar lo que te está pidiendo el cliente con lo que necesita realmente, porque en ocasiones no coincide, o por exceso o por defecto, les propongo un tratamiento y un presupuesto, y a partir de ahí vamos avanzando.
La valoración siempre es gratuita, como lo es la primera sesión de tratamiento cognitivo, porque siempre tienes que valorar qué vas a poder hacer con el paciente, y no puedes bajar a detalle en la valoración inicial. Es gratuita también la primera sesión de terapia ocupacional en domicilio, porque para mí supone hacer una evaluación mucho más amplia.
Antes cuando había un problema con una persona mayor enseguida se la mandaba a un centro, pero lo cierto es que la persona se rehabilita y mantiene mucho mejor en su casa, dentro de unos límites. Depende por supuesto de su patología, pero en general la persona está mucho mejor en su domicilio; lo he comprobado en residencias y en centros de día, en donde los pacientes se desorientaban mucho. Por tanto, que me permitan trabajar en un domicilio es un auténtico lujo. Es lo que más me motiva y lo que creo que mejor hacemos aprovechar el entorno del usuario en su beneficio.

Dice que la lucha es contra la intromisión de personas sin cualificación, que trabajan de forma ilegal, profesionalizar…
Hay que explicar permanentemente que es necesario firmar contratos con la empresa, con el trabajador, con la seguridad social… La gente debe de entender que esto es así. Hay que especializar muchísimo a los trabajadores, y hay que convencer a las familias de que esto es un valor añadido. Y las familias a veces no quieren entender este tema, aunque se trate de atender a un ser querido, a una persona mayor, a unos hijos… A veces cuando hago entrevistas para seleccionar al personal adecuado, de 20 concertadas sólo se presenta la tercera parte, y encima algunos no quieren que les des de alta en la Seguridad Social; en resumen, cuesta encontrar gente salvable para realizar los servicios. Nuestro trabajo es serio, profesional y lleva muchas horas y dedicación. En esta zona, tener personal doméstico formado es muy importante, pero siempre que se pueda añadir un valor. Pero eso sopeso la idea de tener a una persona para formación de personal doméstico para profesionalizar este sector.

¿Cómo funciona la relación entre la familia, Asistencia Familiar y el trabajador que asiste al paciente?
Tiene que estar todo muy bien engranado, con todos los cambios que se produzcan comunicados a la oficina. Mantengo una comunicación muy fluida con las familias y los trabajadores. Normalmente se hace una visita bimensual al domicilio para ver qué tal va el servicio o cuando sea necesario por las circunstancias; mi teléfono está siempre abierto para todas las incidencias que puedan ocurrir, para los familiares y los usuarios. La familia trata inicialmente con AF, pero después la relación es con el terapeuta o el trabajador especializado correspondiente, de ahí que la selección deba ser exquisita ya que serán la imagen de AF en el domicilio. El valor añadido de esta marca es estar pendiente de cualquier cambio, acompañando y orientando a la persona en todas las necesidades que vayan surgiendo al avanzar su patología y situación personal y familiar.